lunes, 10 de noviembre de 2014

Volver a empezar


A punto de cumplir seis años fuera de la escuela, que es cuando comenzó también mi presencia online, he decidido poner un poco de orden a mis proyectos para que sea más fácil seguirme y estar al día de mi trabajo. La forma más fácil sigue siendo a través de mi fanpage en Facebook y de mi boletín semanal gratuito (en el margen derecho de este blog tenéis la caja de suscripción).





BLOGS

En www.lauramascaro.com, que durante un tiempo utilicé como agenda, voy a refundir la agenda y estos tres blogs: Homeschooling en España (sobre legalidad), Desde Villa Kunterbunt (sobre nuestro día a día y reflexiones sobre unschooling), y Los que vivimos (artículos de opinión sobre temas variados que publico cada dos semanas en la edición en papel de Diari Menorca).

Seguirán teniendo página propia estos proyectos:

Tarkus Kids (sobre estimulación temprana y aprendizaje infantil) ahora alojado en www.tarkuskids.com, que también tiene cuenta en Google Plus y página en Facebook (pero el perfil personal ha desaparecido).

La desescolarización interior ya no sigue como blog sino como curso online y taller en formato presencial.

El desprendimiento educativo es un proyecto con fecha de caducidad, pues únicamente lo escribiré mientras esté redactando el libro.




REDES SOCIALES

Podéis seguirme en mi página de Facebook pero, por favor, no me mandéis solicitudes de amistad al perfil personal, pues estoy intentando reducirlo sólo a los amigos.

En Twitter estoy como @laurekas pero he eliminado el perfil de @desescolarizada. En @laurekas hablo de todo un poco, incluida la política, así que si sólo te interesan los temas de educación y homeschooling, es mejor que me sigas en Facebook y te suscribas al boletín.

También tengo perfil en Google Plus, aunque lo uso mucho menos que el de Facebook y canal en Youtube.

He vuelto a Instagram  como @laurekas78 y a Linkedin, donde sólo conecto con gente a la que realmente conozco o con la que me relaciono profesionalmente.

Estuve, pero ya no estoy, en Flick y Pinterest, así que os agradezco que dejéis de mandarme invitaciones a estas y otras redes sociales.



ASOCIACIÓN

Por supuesto, continuo en la Plataforma por la libertad educativa. Tenemos blog, Facebook, Twitter y Google Plus. Os podéis inscribir como simpatizantes, sin pagar cuota, y recibiréis nuestro boletín gratuito.



jueves, 30 de octubre de 2014

¿Qué socialización?



Ésta es una pequeña conversación que tuve en un grupo de Facebook. Puede que la conversación aún no haya terminado pero, en todo caso, me parece suficientemente interesante como para compartirla aquí. A mi interlocutor lo voy a llamar "D", puesto que el grupo de facebook es privado y debo respetar esa privacidad.



D: yo personalmente pienso que al niño/a el ambiente escolar es distinto al de casa aunque desde casa se intente que el ambiente sea igual

Lau: yo no intento para NADA que le ambiente en casa sea igual al de la escuela. Más bien intento lo contrario.

D: Laura, me refiero a muchas interacciones sociales q se dan. No critico la escuela en casa, pero me gusta,mas la tradicional. Para mi es igual q una operacion de corazon q se haga en el propio domicilio.

LauNo veo que sea comparable. Para la cirugía es necesario tener unos conocimientos muy específicos y una capacitación que poca gente tiene. Para educar a un niño no hace falta ninguna capacitación especial (y a las pruebas me remito; los que tienen esa capacitación están fracasando en todo el mundo). Las interacciones sociales en homeschoolers también se dan y de una forma que es mucho más natural. Para mi una parte fundamental del aprendizaje de la socialización consiste en elegir con quién te relacionas y de qué forma, pudiendo alejarte de aquellos que no te aportan nada positivo o incluso te dañan. En el colegio las relaciones son obligadas y encima como dos niños se lleven mal lo que les pasa es que lo obligan a estar más tiempo juntos y a pedirse un perdón absolutamente falso. La socialización fuera del colegio no es así. Yo no me auto obligo a relacionarme con gente que me trata mal o que no me gusta, no veo por qué habría de imponerle eso a mi hijo. Más cuando fue víctima de bullying con sólo dos años. Sin lugar a dudas su socialización es infinitamente mejor desde que se educa en casa.




miércoles, 29 de octubre de 2014

El desprendimiento educativo





Mi próximo libro se va a titular "El desprendimiento educativo". Llevo años construyéndolo en mi cabeza y recopilando información.

Como ya llevo tarde y no quiero quedar excesivamente mal con mi editor, he decicido tomar medidas drásticas y me he apuntado al reto de los 30 días que mi amigo Homo Minimus propone para el próximo mes de noviembre (conocéis a Homo Minimus por el guest post que publiqué aquí titulado "33 daños colaterales de escolarizar a tu hijo").

Tal como expliqué en el blog de Homo Minimus, voy a aprovechar el reto de los 30 días para terminar de escribir este libro que tengo pendiente. Para ello voy a seguir las normas de NaNoWriMo (National Novel Writing Month). Ya sé que mi libro no es una novela, pero creo que las pautas me pueden servir. Se trata de escribir unas 1666 palabras al día. Aquí importa más la cantidad que la calidad, de modo que acabas el mes con unas 175 páginas escritas y a partir de ahí puedes editar el texto, quitar y cambiar todo lo que sea preciso, pero al menos tienes una buena base sobre la que trabajar.

Además he abierto un blog en el que me he propuesto publicar todos los días alguno de los artículos, noticias y reflexiones que he ido recopilando a lo largo de estos años. Sólo uno al día. Aunque aún está en pañales os lo quiero presentar ya porque así me obligo a continuar con este proyecto: 

Más información sobre el reto de los 30 días en el blog homominimus.com. ¿Te animas con el reto?


domingo, 26 de octubre de 2014

Educación financiera



Los homeschoolers de Madrid tenemos un grupo de mailing que utilizamos para organizar actividades. Cada uno propone la actividad que quiere y puede organizar y, si hay quorum, se pone fecha y se hace la actividad. Así de simple. El año pasado propuse una actividad que algunas madres me habían pedido: un taller de educación financiera para niños. Como no me gusta ponerme en el rol de "profesora" en las actividades en las que participa mi hijo decidí invitar a mi amigo Pablo a dar el taller. Aceptó, le ayudé a organizarlo, y salió un taller de cuatro sesiones (una por semana) de cuatro horas cada una. Los niños tenían entre 6 y 14 años, si no recuerdo mal, y he de decir que algunos adultos lo encontraron tan interesante como los propios niños.

Lo bueno de Pablo es que le gusta el método socrático, preguntar más que explicar, y que cuando ha de dar explicaciones sabe hacerlo en un lenguaje sencillo, nada técnico, que puede entender cualquier persona, incluidos los niños. Espero que algún día se anime a escribir sus impresiones sobre ese taller.

Después le dimos algunas vueltas al tema para seguir haciendo actividades de educación financiera también online, pues algunas familias de otros lugares se mostraron interesadas en el taller. Lo pensamos y lo hablamos durante varios meses y finalmente creamos un nuevo proyecto con otros dos amigos, Luis Alberto Iglesias y Juan de Lezo. Creamos el blog www.educacionfinanciera.com.es en el que publicamos dos veces por semana y, como se dice coloquialmente, cada loco con su tema. Mi tema, lo podéis imaginar, es la educación financiera para niños.

Hasta ahora he publicado dos artículos: Cómo dar educación financiera a tus hijos y Los niños y el dinero.

Pero como antes de dar educación financiera a tus hijos tienes que tenerla tú, y como muchas madres que educan en casa o quieren hacerlo encuentran que el dinero es un impedimento para hacerlo libremente, vamos a ofrecer un seminario online sobre finanzas personales. Aunque lo pensé inicialmente para las madres homeschoolers, está abierto a cualquier persona interesada.

En el seminario enseñaré:

-cómo aumentar los ingresos (o cómo empezar a generarlos si no los tienes)
-cómo disminuir los gastos
-la diferencia entre la deuda mala y la deuda buena
-cómo adquirir buenos hábitos de ahorro
-cómo desarrollar un sistema de ingresos               pasivos

Y además contaré con la colaboración de Juan de Lezo quien nos dará pautas para aprender a invertir.

Será el lunes 3 de noviembre a las 18:00. Os podéis inscribir ahora mismo por 59€





viernes, 10 de octubre de 2014

33 daños colaterales de escolarizar a tu hijo - por Homominimus




Éste es un post invitado de mi amigo Homominimus. No sé cómo presentarle, así que os invito a que os paséis por su blog.


Treinta y tres daños colaterales 
resultado de escolarizar a tu hijo

Treinta y tres daños colaterales resultado de escolarizar a tu hijo
Estos daños caracterizan a la mayoría de la educación formal pública y privada en España, en Hispano-América y el mundo. 
No todos estos daños tienen que producirse. Algunos pueden ser mitigados por metodologías más abiertas, como la Montessori o las escuelas Waldorf, por profesores excepcionales o por los cuidados paliativos que proporciones a tu hijo cuando esté fuera de la escuela. 
Solo quiero advertirte de los riesgos a los que te expones. A los que expones a tus hijos. 
1. En el colegio, a tu hijo le recompensan por seguir órdenes y ajustarse a las normas. La creatividad, originalidad e inconformismo son penalizadas en cualquier burocracia educativa donde las metas de los políticos, administradores o profesores tengan prioridad sobre la de los niños y sus familias.

2. Tu niño, tras más de doce años de educación obligatoria, tendrá la sensación de que el mundo del conocimiento es como un libro de botánica o de zoología donde todos los asuntos están claramente clasificados en compartimentos estancos. Tendrá dificultades para habérselas con un mundo real donde las distinciones son confusas y uno ha de crear, modificar y criticar sus propias clasificaciones.

3. La dimensión última por la que se mide al niño y por la que aprenderá a medir a las personas será la calificación en una serie de exámenes. Obtendrá la idea de que las personas son jerarquizables por su puntuación en unas pocas dimensiones. El mismo niño derivará su autoestima intelectual (o falta de ella) de su posición en una escala. 

4. El afán de evitar el castigo y de buscar la alabanza harán perder de vista el gozo de aprender y lo harán casi desaparecer. Gran parte de la motivación intrínseca derivada de  expresarse artísticamente, resolver problemas matemáticos o comprender los mecanismos de la naturaleza se perderá al tratar de contentar al profesor y seguir un programa estandarizado.

5. El estudiante en la escuela obtendrá la impresión de que el aprendizaje es una actividad individual y competitiva que se hace en solitario en una habitación cerrada y cuyo criterio de éxito reside en hacerlo mejor en un estrecho repertorio de pruebas estandarizadas bajo presión de tiempo. 

6. El sentimiento de agencia o de autoría en el aprendizaje resultará seriamente dañado tras el paso por la educación formal. El niño y el joven tendrán dificultades para definir sus propias metas, objetivos, buscar y disponer recursos, organizar su tiempo y valorar los resultados de su trabajo y esfuerzo, porque todas esas funciones ejecutivas y cognitivas  estarán  asumidas por  profesores y administradores que le llevarán de la mano a lo largo de toda su educación formal. 

7. El rango de actividades a las que tendrá acceso el estudiante será limitado y con un sesgo desproporcionado a favor de las habilidades más analíticas y verbales. La música, la pintura, el teatro —el arte en general—, el desarrollo físico, la armonía y gracia de los movimientos, y las mismas habilidades de comprensión emocional introspectivas y empáticas quedarán relegadas a un segundo plano o confinadas a las actividades extracurriculares, con independencia de las preferencias o disposiciones del niño. 

8. El niño creerá que la educación y el aprendizaje son sucesos que ocurren tras los límites de los muros de ciertos edificios o tras las vallas de ciertos recintos. Las variedades más informales, improvisadas y emergentes del aprendizaje quedarán marginadas. El entorno de la familia, los amigos, los grupos deportivos y el entorno cotidiano se asociarán más débilmente a la idea de aprendizaje y desarrollo personal. 

9. El joven se volverá averso al riesgo intelectual derivado de pensar en opciones distintas y exponerlas racionalmente, porque no serán habilidades recompensadas por las calificaciones, ni promovidas directamente por los profesores, ni deseadas por la burocracia del sistema, que busca la homogeneización y la reducción de la incertidumbre. 

10. Las habilidades de trabajar en equipo y de negociar quedarán atrofiadas o tendrán que ser desarrolladas más adelante en el mundo exterior. En el colegio, el éxito se mide y se recompensa según la habilidad de seguir las reglas establecidas por otros. Hay poco o ningún espacio a la negociación o la discusión ni tampoco necesidad de establecer alianzas y crear relaciones ventajosas para lograr los objetivos individuales. 

11. Disociará y hará más profunda la distinción entre práctica y teoría. Verá que las habilidades y conocimientos que son útiles en el mundo académico son sustancialmente diferentes de las necesarias en el mundo del trabajo, las relaciones personales y la vida en general. Esto hará que desprecie en parte el pensamiento racional y científico, por su aparente falta de aplicación; o bien intentará aplicar recetas y grandes ideas intelectuales indiscriminadamente y con poco realismo. 

12. Aprenderá a humillar y ser humillado por no saber. Aprenderá a reírse de los que se comporten de manera diferente o cometan errores en clase. 

13. Aprenderá a hablar en lenguajes esotéricos que no comprende. Por otra parte, si vive en España es casi imposible que llegue a hablar con cierta fluidez en lenguajes naturales como el inglés o el francés. Priorizarán la gramática y el vocabulario sobre el oído, las construcciones básicas y la práctica. Probablemente estudien el idioma fuera del contexto de un proyecto o meta personal. 

14. Pensará que aprender es ser capaz de repetir. El colegio es una herramienta de repetición de saber acumulado. Las evaluaciones dependen de la fidelidad y rapidez con la que el niño sea capaz de reproducir el conocimiento vertido por el profesor. Si lo hace perfecto, sin omitir una coma, tiene un 10; si se le ha escapado algún elemento, un 9; si ha reproducido con éxito la mitad, un 5, y así sucesivamente. No se pide elaboración o poner la información en el contexto más amplio del conocimiento del alumno o el cuerpo general del conocimiento.

15. Aprenderá a vivir con ideas inertes, no relacionadas con su experiencia vital, de las que no conoce su origen, ni cómo se relacionan con otras ideas en otras disciplinas, ni si tienen alguna aplicación más allá de quedar bien en las pruebas estandarizadas. 

16. Creerá que existen “pepitas de oro informacionales”. Estará siempre a la caza del dato, de la receta, del procedimiento concreto, preciso y seguro que le resuelva la papeleta en el siguiente examen. 

17. Creerá que saber algo es dar una respuesta inmediata. Se necesita cierto tiempo para recuperar la información de la memoria, para generar asociaciones, para buscar y para reflexionar, pero en la escuela no esperarán. 

18. Las habilidades de autorregulación o autogestión se atrofiarán. Estará regulado por sus profesores. En el futuro, por sus jefes. Reaccionará al palo y a la zanahoria más que a sus propios intereses.

19. Jugará siempre juegos seguros. Aprenderá a evitar los errores y procurará siempre parecer magnífico a ojos de los padres y profesores. 

20. Perderá el contacto con su corazón. Nadie le pedirá que piense qué quiere verdaderamente hacer con su vida ni le animará a que inicie una exploración. Al final de su educación formal estará tan alejado del centro capital de sí mismo que tendrá que iniciar un largo viaje y quizá una travesía del desierto para encontrarse consigo mismo. 

21. Invertirá las proporciones correctas en el aprendizaje: creerá que son “Una tonelada de teoría, un kilo de reflexión, un gramo de experimentación”; las óptimas son “Un gramo de teoría, un kilo de reflexión, una tonelada de experimentación”. 

22. Las modalidades más lentas y contemplativas de la mente quedarán probablemente excluidas del repertorio cognitivo del alumno. La presión de tiempo, el afán de cumplir los programas y el entrenamiento para exámenes y otras pruebas estandarizadas dificultarán que el alumno se tome el tiempo suficiente para asimilar, digerir y comprender las ideas en profundidad. 

23. Aprenderá que la contemplación y la generación de enfoques y opciones son contraproducentes a la hora de maximizar las calificaciones académicas. La profundidad y la originalidad no suelen ser valoradas o recompensadas por los tests o los profesores. 

24. Necesitará muchos años para recuperarse de su educación. Cuanto más lejos haya llegado en el proceso educativo formal, más tiempo de recuperación necesitará. Algunos jamás se recuperarán. 

25. Es probable que evite la actividad intelectual durante el resto de su vida, pues confundirá el ser estabulado con aprender. Y nadie quiere ser estabulado. 

26. Se verá aislado de una gran parte de la población humana: se relacionará casi en exclusiva con gente de su edad, ubicación geográfica (dentro de la misma ciudad) y clase social. Esos serán sus criterios de socialización, no sus intereses personales o la afinidad emocional. Creerá que la famosa y políticamente correcta “diversidad” solo tiene que ver con la raza, el sexo o el grupo étnico.

27. No habrá aprendido a negociar. Porque en la escuela no hay casi nadie con quien negociar ni casi nada sobre lo que negociar. 

28. El concepto de aprendizaje autodirigido será para el niño tan extraño como el de imperativo categórico, hermenéutica de la conciencia o moscas samaritanas. 

29. Tu hijo estará mal preparado para convertirse en el tipo de trabajador creativo, autogestionado y con iniciativa que se demanda en los puestos que generan alto valor añadido en la economía del conocimiento. Y peor preparado incluso para crear su propio trabajo como trabajador por cuenta propia o empresario. 

30. Tendrá dificultad para tolerar la ambigüedad y los conceptos borrosos. Aprenderá a querer saber qué es lo que se espera exactamente de él, a cómo ir del punto A al Z pasando por el B, C, D, E… sin perderse por el camino. 

31. Tu hijo estará expuesto al acoso escolar. Una parte no despreciable de los escolares declaran haber sometidos a distintos grados de acoso. Durante las horas escolares tú no estarás ahí para ayudarle o protegerle. 

32. La escuela no tratará a tu hijo como un individuo. Será una pieza más en la cadena de montaje. Algunas piezas salen defectuosas. El sistema lo acepta y lo tolera. Reza porque tu hijo no sea una de esas piezas.

33. No recibirá la atención personalizada e individualizada que necesita. Los profesores tienen limitaciones de tiempo, atención y capacidad. Por muchos recursos cognitivos y materiales que tengan, los tienen que racionar entre decenas de alumnos. 
Media hora que dediques un día a las necesidades de aprendizaje de tu hijo es más que lo que un maestro puede dedicar a tu hijo en dos o tres semanas. Y lo que dedique el maestro será un tiempo fragmentado en pequeñas intervenciones: simplemente no puede dedicar media hora seguida a nadie. Tampoco conoce a tu hijo mejor que tú. 


miércoles, 8 de octubre de 2014

Hablemos de los malo del homeschooling - Carnaval de blogs




Además ha propuesto un tema interesantísimo: Hablemos de lo malo del homeschooling.

Sé que no hablamos mucho de lo malo del homeschooling porque de eso ya hablan los que no lo hacen, especialmente los que no lo conocen, los que tienen prejuicios, los que pretenden imponer su visión del mundo a los demás. Por eso, creo, los que educamos en casa y además escribimos y hablamos sobre el tema, tendemos a destacar sólo lo positivo, que es mucho. Como dijo Silvia"Una cosa es que pensemos que el homeschooling es bueno, y otra es que digamos que es fácil, o que carezca de dificultades y obstáculos. Pero el que tenga sus puntos débiles no lo hace malo. Nosotros vemos el homescholing como algo muy beneficioso, una bendición."

Hace unos días hice un vídeo improvisado sobre lo malo del homeschooling.





Si me pongo a pensarlo seriamente y honestamente, hay tantas cosas malas que no sabría por dónde empezar así que lo haré por orden cronológico.

1) La soledad. Eso me pasó al principio. Cuando vivía en un sitio donde casi no había homeschoolers. Cuando fui a un encuentro donde había unas 100 familias y me di cuenta de que no tenía nada en común con ninguna de ellas. Nada excepto el hecho de educar sin escuela. Así que durante un tiempo me sentí muy sola. Me relacionaba con gente escolarizada con la que me llevaba muy bien y tenía cosas en común pero con la que no podía hablar de homeschooling, porque no lo entendían. Si hablaba, tenía que hablar de lo bueno, "vender la moto" como se dice coloquialmente. Pero lo que yo necesitaba era hablar de todas mis dudas y todos mis miedos. Internet me salvó un poco de eso.

2) La incomprensión. Obviamente, va muy relacionada con la soledad. Yo me he sentido muy incomprendida tanto entre gente escolarizada como entre gente no escolarizada. Eso tal vez ha sido lo peor. Darme cuenta de que realmente no puede haber una tribu homeschooler porque siempre hay quien viene a decirte que lo que tú haces no es homeschooling, o que deberías hacer o dejar de hacer X cosas, o que tú sólo quieres lucrarte con el tema (ya me ven, escribo esto desde mi mansión de tres pisos del Caribe). Y fuera del colectivo, ni lo comento. He tenido que oír las estupideces más grandes que os podáis imaginar. (Insisto: no soy Amish, ni vegetariana, ni me creo superior a nadie).

3) La desescolarización interior. Sí, eso fue muy difícil y por eso me alegra poder ayudar a otras personas con mis cursos. Al principio me sentía muy mal si hacía ciertas cosas en horario escolar. Mi inercia escolar era mi peor enemigo; la vocecilla que decía "deberías..." o "no deberías...". Y chocarme con la pared que parecía ser mi hijo cada vez que yo había hecho unos planes maravillosos y él los tiraba por tierra. Aprender, como dice Sandra Dodd, a centrarme en la persona que mi hijo ES y no en la IDEA que yo tenía de quien debería ser.

4) La legalidad. Creo que ésta es la causa principal de que nunca hablemos de lo malo del homeschooling. Aquí no es legal. Aquí nos jugamos mucho. Aquí no podemos permitirnos el lujo de hablar de nuestros miedos. Cuando vengan los servicios sociales y nos digan: "pero no socializa". ¿Cómo vamos a decirles que, es cierto, a veces tenemos ese miedo, a veces nos cuesta sacar al niño de casa y hacer que se relacione con otros niños? ¿Cómo vamos a decirles que sí, que por culpa de que somos una minoría invisible a veces también pensamos si nos estaremos equivocando, si les estaremos privando de algo importante? No hablo por mi ahora, que lo tengo muy claro. Hablo por la que yo fui hace unos años y por la que mucha gente es ahora. Por toda esa gente que me escribe y me dice "gracias por poner palabras a lo que pienso y a lo que siento, a lo que no me atrevo a decirme ni a mi mismo".


lunes, 29 de septiembre de 2014

¿Qué es el ego?





Un día Damián preguntó ¿Qué es el ego?

Le respondí como pude pero la verdad es que es la típica pregunta que, si te pilla desprevenida, no sabes cómo responder. Además pensé que según lo que le dijera podía liarle más. Pregunté en Facebook y me enviaron dos documentos muy interesante:

Una presentación en Powerpoint que podéis descargar en este enlace.

Y un vídeo muy breve y ameno (es parte de una conferencia más larga que podéis ver en Youtube:





Si tenéis otros materiales adecuados para explicar el ego a los niños no dudéis en enviármelos para añadirlos aquí. Estoy en Facebook Twitter y Google Plus. Mi email: info@lauramascaro.com


viernes, 19 de septiembre de 2014

Señor Dios, soy Anna



En mi perfil personal de Facebook me nominaron para que publicara el listado de 10 libros que han cambiado mi vida. Uno de ellos se titula "Señor Dios, soy Anna" y lo leí a los 8 años, justamente el curso que no fui al colegio.

"Anna puede desarmar a cualquiera
con sus interminables preguntas.
Y conocerlas significa tener que
volver a plantearse de nuevo
todas esas interrogantes para las
que creíamos tener ya respuesta."

"El enamoramiento de los números se marchitó un poco sin que, durante largo tiempo, llegara yo a saber por qué. Fue Charles quien me puso en la pista de la explicación. Charles era profesor en la misma escuela de la señorita Haynes, y la señorita Haynes enseñaba a sumar. Anna iba a la escuela de no muy buena gana y, como llegaría a saber después, no muy frecuentemente. En una de las clases de sumas, la señorita Haynes se había dirigido a Anna

- Si tuvieras una hilera de doce flores -le preguntó- y tuvieras 12 hileras ¿Cuántas flores tendrías?

¡Pobre señorita Haynes! Si se hubiera limitado a preguntarle a Anna cuánto es doce por doce, habría obtenido la respuesta que esperaba, pero no; tuvo que empezar a dar vueltas con las flores, con hileras y todo eso. Claro que obtuvo una respuesta; no la que ella esperaba, pero obtuvo una respuesta.

Anna aspiró ruidosamente el aire, en un tono que indicaba la desaprobación más absoluta. 

- Si cultiva así las flores, no crecerá ninguna.

La señorita Haynes estaba hecha de un material muy especial, y esa respuesta la dejó impávida. Lo intentó de nuevo.

- Tienes siete caramelos en una mano y nueve en la otra. ¿Cuántos caramelos tienes en total?

- Ninguno -respondió Anna-. En esta mano no tengo ninguno, y en esta otra mano tampoco, así que no tengo ninguno, y está mal decir que tengo si en realidad no tengo. 

La valiente, intrépida señorita Haynes volvió a insistir. 

- Quiero que te lo imagines, querida; que imagines que los tienes

Una vez recibidas las instrucciones, Anna se lo imaginó y dio la respuesta, triunfante:

- Catorce.

- Oh, no, querida -corrigió la valerosa señorita Haynes-. Tienes dieciséis. Fíjate que siete más nueve son dieciséis. 

- Eso ya lo sé -aclaró Anna-, pero como usted dijo que me imaginara, me imaginé que me comía uno y regalaba otro, así que tengo catorce. 

Siempre he pensado que las palabras que siguieron iban encaminadas a aliviar el dolor y la angustia que se reflejaron en la cara de la señorita Haynes. 

- Pero no me gustó, estaba ácido -admitió como si ella misma se castigara. 

Esas actitudes hacia una cosa del Señor Dios como los números eran poco menos que imperdonables, y era lo que más sublevaba a Anna."


viernes, 12 de septiembre de 2014

Unschooler aprendiendo inglés





Tantos años y todavía me cuesta explicar qué es y cómo funciona el unschooling. Cuando lo conocí y me fui dando cuenta de que ése sería el método que mejor se adaptaría a nosotros, comencé a aplicarlo a todos los ámbitos de la vida, no sólo al académico, escorando así hasta el denominado "unschooling radical".

El camino hacía el unschooling no sucede de un día para otro y, en mi caso, hubo un último escollo difícil de superar y era éste: haciendo unschooling el niño tiene libertad para decidir qué aprende y cuándo y cómo lo aprende. Lo veía funcionar claramente con algunas cosas. Sin embargo, me quedaba la duda de qué hacer con aquellas cosas (llamémoslo materias, si queréis) que yo consideraba que era realmente importante aprender y que, por algún motivo, parecían no interesar a mi hijo. En muchas familias eso pasa con las matemáticas. Pero a mi hijo le gustan las matemáticas, yo el problema lo tenía con el inglés. A mi el inglés me ha abierto muchas puertas y lo aprendí porque de pequeña me obligaron a tomar clases (desde los cinco años). Si me hubieran dejado elegir, casi con seguridad habría decidido no continuar estudiándolo. De mayor agradecí que me hubieran obligado así que ahí estaba mi duda: ¿no es acaso mi obligación como madre imponerle ciertas cosas a mi hijo por su propio bien? Ahora se me ponen los pelos de punta sólo de pensar que una vez tuve esa duda.

Conseguí relajarme con ese tema pensando dos cosas: una, conozco a muchas personas que de pequeño no aprendieron inglés y, de mayores, porque lo necesitaban por el trabajo o porque les interesaba por otro motivo, lo aprendieron sin más dificultad. Y dos, hay muchas cosas que otras personas consideran imprescindibles y que yo ni sé ni necesito.

Pero a veces cuesta aceptar que a tu hijo no le interesen ciertas cosas. Lees blogs de homeschooling y muchos parecen pequeños davincis... Pero, resumiendo, esto es lo que pasó con el inglés:

1º) En casa hay muchos libros y son parte improtante de nuestra vida. Desde muy pequeño Damián tuvo un libro de esos de "mis primeras mil palabras en inglés". Simplemente eran dibujos con el respectivo nombre escrito. Como los dibujos le llamaban la atención, me pedía que le leyera las palabras.

2º) También de pequeño, solía ponerle los dibujos y películas en inglés. Hasta que creció y aprendió que podía ponerlo en el idioma que quisiera y, sí, en español es más cómodo.

3º) El año pasado estuvimos en Nueva York. Allí se dio cuenta de que no es muy agradable (ni muy práctico) estar en una ciudad donde no entiendes nada, así que empezó a prestar atención y a preguntar cosas.

4º) Su mejor amiga es medio canadiense (¡hola Annie!) y pasan muchas horas juntos. Cuando están en su casa, oye a Annie hablando con su madre en inglés así que presta atención y a veces pregunta qué están diciendo.

5º) A Damián y a Annie les gusta mucho Minecraft (y cuando digo "mucho" me quedo corta) así que, para aprender trucos, empezaron a ver videoblogs de gamers. La mayoría de ellos eran en inglés pero Damián los veía de todos modos. Cuando por la imagen no podía entenderlo, preguntaba. Cuando se repetía mucho una palabra o expresión, preguntaba. Y así, poco a poco, se fue haciendo con el idioma. ¿Por qué? Porque de repente el inglés era una herramienta necesaria para conseguir lo que quería. Y eso es todo. El aprendizaje no tiene más misterio: es inevitable siempre que haya interés y recursos disponibles.


viernes, 5 de septiembre de 2014

Madrid con niños



En julio nos visitó mi prima Olga, que tiene 11 años y vive en Menorca. Quería desglosar en el blog todo lo que hicimos con ella pero, a falta de tiempo, dejo este resumen por si os ayuda a coger ideas de cosas que hacer con niños en Madrid.


Visitamos el museo del Prado e hicimos el juego de pistas que tienen para niños. Olvidé que no se pueden hacer fotos dentro del museo pero, para una que hice, me apetece publicarla.





El zoológico es visita obligada cuando vas con niños. Yo siempre tengo sentimientos encontrados porque me apena ver a los animales cautivos y fuera de su hábitat, pero también es cierto que si no fuera por estos lugares, a la mayoría de ellos no podríamos verlos nunca y tal vez ni los conoceríamos. 





Fuimos -una vez más- a ver el cambio de guardia en el Palacio Real, ya que la visita de Olga coincidió con el primer miércoles de mes, que es cuando puede verse este evento (de octubre a julio). A mi, la verdad, la parte que más me gusta es la retirada, cuando ya se ha hecho el cambio y casi todo el mundo se ha ido (o se ha quedado escuchando el concierto delante del Palacio). Ver cómo se van relajados, charlando (o whatsapeando), desmontan y meten a los caballos en los camiones.

El Palacio por dentro no lo visitamos porque a Olga no le interesaba y Damián ya lo conoce, pero es una visita que merece la pena, aunque sólo sea por la armería.






También dimos un par de vueltas en el bus turístico. Soy muy fan de los autobuses turíticos porque te permiten tener una idea general de cómo es una ciudad, qué tipo de barrios tiene, qué edificios, etc y, al menos a mi, me ayuda a ubicarme.






Pero antes de eso fuimos artífices y testigos del primer viaje de Olga en tren. Cuando vas por primera vez de un sitio tan pequeño como Menorca a una ciudad grande como Madrid, hay algunas cosas que debes hacer, como coger el metro y el cercanías.





Visitamos también el castillo de Manzanares el Real, donde los niños disfrutaron de lo lindo. Antes, para ambientarnos, pasamos por Pedrezuela porque había una feria medieval.


martes, 26 de agosto de 2014

Cuevas prehistóricas de Serinyà





Familias en Ruta organizó un campamento para familias en el prepirineo de Gerona y nos invitaron a participar con mi taller de Desescolarización Interior (que, según me cuentan, ha dejado muchas conciencias removidas y muchas neuronas revolucionadas). Se agradece un encuentro así porque, en general, las actividades que se organizan en verano o son para niños o son para adultos, pero no para todos juntos.

Una mañana, mientras los demás estaban haciendo un circuito multiaventura  (tirolina, bosque vertical, etc; nosotros somos un poco cobardes para eso) decidimos visitar las cuevas prehistóricas de Serinyà, que estaban muy cerquita. Las cuevas fueron habitadas por neanderthales y ahora hay una exposición temporal de restos encontrados allí. Normalmente todo lo que se encontró en esas cuevas se expone en el museo arqueológico de Banyoles (que también visitamos).

Empezamos la visita con un vídeo explicativo que tuvieron la deferencia de ponernos en castellano, aunque a esa hora estaba previsto el pase en catalán. Después visitamos las cuevas sirviéndonos de las audioguías. Aunque no hay una versión infantil, Damián la escuchó completa y le resultó muy interesante.

La sorpresa fue que, por el mismo precio de la entrada (6€ los adultos y 2,5€ los jóvenes de 6 a 25 o estudiantes con acreditación) durante el mes de agosto se realizan talleres para niños. Así que mi recomendación es que, si estáis por la zona o si pensáis visitar las cuevas, procuréis hacerlo en este mes.


Hicimos todas las actividades disponibles:


Pintura ruprestre (eso sí, en una pared artificial para que pueda borrarse y puedan usarla otras personas).





Tiro con arco (no cazas, no comes).














Fuego. La pena es que no nos dejaron hacerlo, pero mientras la monitora lo hacía nos iba contando cómo es la técnica y también las leyendas urbanas que hay sobre el fuego (como que frotando dos piedras cualesquiera puedes conseguirlo).














Fabricación de herramientas. Vimos cómo y con qué se fabricaban las herramientas en distintos períodos de la prehistoria y para qué se utilizaban.




lunes, 25 de agosto de 2014

Odio la escuela


El otro día dije en Facebook que había visto en una librería infantil el peor libro del mundo. Nadie acertó el título, no sé si porque no conocían el libro o si porque no les parece tan horroroso como me pareció a mi.

La verdad es que el título llamó mi atención, como pueden comprender, y fui a abrirlo para ver el contenido. Consiste en un recopilatorio de las quejas de una niña que odia la escuela, con exageraciones, seres fantásticos y un tono un poco gore. Para que se hagan una idea: el director tiene una guillotina sobre su mesa (y una exposición de cabezas cortadas) y el profesor de gimnasia cuelga a sus alumnos en una horca.

Investigué por internet y leí que la intención del libro es otorgar una perspectiva al problema del bullying y ayudar a aceptar la realidad. Por eso, la conclusión de la niña al final de libro es que, a pesar de lo mucho que odia su horrible escuela, la echa mucho de menos y desea que se acaben pronto las vacaciones.

Quizás pretenden inculcar el humor negro en los niños; quizás pretenden enseñarles que deben resignarse porque esto es lo que hay. Como en otros ámbitos, siempre que nos hacen creer que la agresión que sufrimos es por nuestro propio bien, tendemos a aceptarlo por simple supervivencia y es fácil acabar creyendo esa mentira.

En una maravillosa sincronía, poco antes de descubrir este libro escribí: "algunos piensan que el colegio no estaba tan mal. En realidad, tienen síndrome de Estocolmo". 

jueves, 7 de agosto de 2014

Campamento de Familias en Ruta - Agosto 2014



Este mes de agosto voy a participar en el campamento organizado por Familias en Ruta en Gerona.

Familiasenruta.com es una conocida web de viajes con niños donde diferentes familias cuentan su experiencia de viajes cortos o largos, cerca o lejos, con sus hijos, grandes o pequeños. Del 19 al 24 de agosto ofrecen una campamento para familias donde se organizan diferentes talleres, charlas y excursiones, algunos para hacer en familia y otros para padres. Es el caso de mi taller de la Desescolarización Interior, que en su versión online han hecho tanto padres que educan en casa, como padres que escolarizan, profesores e incluso algunos adultos que no tienen hijos.

Nuestro viaje por América del año pasado nos acercó a muchas familias que viajan con sus hijos. Antes de irnos estuve leyendo muchos blogs, contacté con algunos de ellos por internet  y a algunos los conocí en persona o por teléfono. El campamento será una buena ocasión para seguir estrechando lazos y conociendo más sobre la experiencia de viajar con niños.

Aquí podéis leer el programa de los campamentos. Personalmente, agradezco este tipo de iniciativas que permiten compartir actividades en familia, pues la mayoría de eventos en otros lugares son sólo para niños o sólo para adultos.

Si estáis interesados en mi curso de desescolarización interior podéis apuntaros a la versión online que empezará el próximo 29 de septiembre o contactar conmigo vía email para organizar un taller presencial (a info@lauramascaro.com).


sábado, 2 de agosto de 2014

Las paredes nos hablan



En casa, las paredes nos hablan. Y no porque estemos un poco locos (que también) sino porque colgamos en ellas cosas que nos ayudan a reflexionar, conversar y, como no, a aprender.


Éstas son algunas de las cosas que tenemos ahora mismo:



El artista del mes. Cada mes elegimos un artista, buscamos información sobre su vida y ponemos una de sus obras cada semana. Este mes de agosto tenemos a Escher.
El calendario del hortelano. No sé de dónde sacamos este póster y no creo que vayamos a aplicar nada de lo que dice, pero al menos aprendemos cosas interesantes.
La tabla periódica. Ésta la tenemos desde que Damián tenía dos años y la hemos usado mucho. Antes teníamos una tarjetita con cada símbolo y jugábamos a buscar los elementos.
Mi corcho de los recuerdos. Aquí voy guardando recuerdos, como invitaciones a bodas, postales, entradas a museos, etc. Antes guardaba este tipo de cosas en una caja pero prefiero tenerlas a la vista.
La palabra de la semana. Cada semana elegimos una palabra y simplemente la dejamos ahí. Como la vemos a menudo porque está en el salón, es inevitable que surjan conversaciones sobre la palabra de la semana. Esta vez ha sido "polisemia" y ha dado mucho de sí.
Mapas. De España, del mundo y del sistema solar. No sólo los usamos para buscar información de los lugares de los que hablamos sino que ayudan a poner las cosas en perspectiva.













También tenemos una pizarra blanca que nos sirve de agenda para todo el mes y éste cartel de urbanidad que estoy segura que os va a encantar:







ACTUALIZACIÓN A 21/09/2016



 

martes, 8 de julio de 2014

Visitar el Museo del Prado con niños


Esto empezó siendo un estado de Facebook, pero se me fue un poco de las manos y pensé que era suficientemente largo y jugoso como para convertirse en post.

Decía esto:

Tened cuidado si vais al Museo del Prado con niños. Tienen un juego de pistas (bueno, ellos lo llaman juego de pistas, en realidad son actividades escolares) pero sólo dan uno por cada grupo que ellos consideran "unidad familiar". Yo fui con dos niños y pedí dos juegos Me los negaron porque "es un juego familiar, no individual. ¿Ve? Aquí lo dice. Es para que lo hagan juntos". Le dije que sí, que lo íbamos a hacer todos juntos pero que cada niño quería guardar el suyo como recuerdo. Entendieron que quería guardar los juegos sin hacer y sin abrir. Le repetí que sí íbamos a hacerlos, y juntos, pero que cada uno quería (y estaba en su derecho) de completar y guardar el suyo propio. Como también venía mi madre, les dije: "bueno, entonces nosotros (mi hijo y yo) somos una familia, y ellas son otra familia. Danos un juego a cada una". Dijeron "qué leches" y "manda huevos" con media sonrisa en la cara y expresión de si-no-lo-veo-no-lo-creo y me dijeron que ni hablar de darme dos juegos. Supongo que si fueran de pago te darían todos los que pidieras, incluso si fueras sin niños. Pero como son "gratis" y "educativos" ellos ponen las normas.

Me fui a buscar las audioguías y los niños me dijeron que ellos se iban a apartar un poco mientras yo iba a reclamar. Vi otro mostrador (ése era el de información) que decía "educación" y allá me fui a reclamar. La chica fue muy amable, llamó por teléfono a sus compañeros de información y me dijo que fuera otra vez a hablar con ellos. Fui y plantaron sobre el mostrador una hoja de reclamaciones.

Me dijo: "Toma, una hoja de reclamaciones. Es lo que querías ¿no?"

A lo que obviamente le contesté que no, que lo que yo quería era otro juego de pistas y que no entendía esa norma tan absurda. Me repitió lo de la "unidad familiar" y le pregunté que qué entendían ellos por unidad familiar. Su respuesta fue: "¿han entrado juntos por la puerta o no?". Y sí que habíamos entrado juntos por la puerta, pero los niños no son hermanos, no viven juntos y, aunque lo fueran, tienen derecho a tener su propio juego. Insisto. 

No obstante, como soy así de lista y diplomática, les pedí disculpas por no haber aclarado desde el primer momento que los niños no eran hermanos. Así que retiraron la hoja de reclamaciones y me dieron otro juego de pistas, no sin antes soltar unos cuantos tacos levantando excesivamente la voz y poniendo cara de fastidio absoluto.

Total, que sepáis que si vais al Museo del Prado con niños tienen ese juego, que ellos llaman de pistas pero que no lo es. Que es divertido pero muy mejorable. Y, sobre todo, que tenéis que entrar a los niños de uno en uno si queréis conseguir juegos para todos.

Iba a hacer una reclamación formal al museo para que cambien esa estúpida norma pero, como soy así de creativa, he decidido diseñar mi propio juego de pistas para mi hijo. 



miércoles, 25 de junio de 2014

Taller de robótica educativa en México - Travelschooling


Mis amigos Gaby y Rubén nos acogieron en su casa de Chihuaha (México)

Un día Rubén me dijo: "mi hermano quiere conocerte". Inmediatamente pensé: "Tiene hijos y los quiere desescolarizar". 

Pero me equivoqué. 

Lo que su hermano Sergio tiene es una académica de robótica educativa para niños y adolescentes y quería enseñarme su trabajo. También tiene hijos, pero ése no era el tema.



Invitó a Damián a una sesión con niños de su edad que se reúnen todos los sábados durante cuatro horas para trabajar en lo que Sergio Tejeda denomina un concepto novedoso en educación atendiendo áreas de conocimientos, competencias y habilidades en los niños.

Damián en la pizarra. Para mi sorpresa, se ofreció voluntario.

Tomando apuntes. Una novedad en su vida.

Primero se les hace una pequeña explicación teórica de lo que van a ver y después pasan a la actividad, que consiste en concebir un robot. La tarea se estructura en cinco pasos:

1º- Se tiene la idea

2º- Se diseña el robot

Las instrucciones


3º- Se crea el robot. Aquí es fundamental el trabajo en equipo en el que cada niño asume un rol de liderazgo. Hay un líder de materiales, un líder de ingeniería, un líder de diseño y un líder general del proyecto.

Trabajando en equipo


4º- Se hace trabajar al robot. En esta ocasión, se habían creado robots-coche (o robots-carro, según ellos) por lo que, para probarlos, se hizo una carrera en "sana competencia" según palabras del propio Sergio, ya que todos salen satisfechos por haber logrado construir un vehículo que sirva de ayuda para el ser humano. Aunque "todos ganen" lo cierto es que el robot del equipo de Damián lo manejó él en la carrera final y fue el más rápido, así que la alegría fue inmensa.

5º- El último paso, al que desde Robótica Educativa dan mucha importancia, consiste en desmontar el robot y ordenando todos los materiales dejando el aula en el estado en que la encontraron. El uso de herramientas es importante para el desarrollo de la motricidad fina pero también porque el dominio de su manejo da seguridad y autonomía a los niños.



El monitor ayuda siempre que es necesario


Damián lo pasó genial en el taller; las cuatro horas casi se le hicieron cortas y dijo que, si viviera allí, se apuntaría para ir todas las semanas. Además fue la envidia de todos los niños porque no va al colegio.



PS. Hice un vídeo con una explicación de Sergio Tejeda y una parte del taller, pero la calidad es tan mala que no me atrevo a publicarlo.