domingo, 26 de mayo de 2013

Mis libros



Acabo de crear una nueva página donde aparece recopilada toda la información sobre los libros que he publicado hasta la fecha. Varias personas me hicieron ver que esta información estaba demasiado dispersa y que era difícil de encontrar, así que me puse manos a la obra y aquí la tenéis: 


Si habéis leído alguno de estos libros y queréis mandarme vuestros comentarios y reseñas, con gusto los publicaré y enlazaré. Podéis escribirme a info@lauramascaro.com.


miércoles, 22 de mayo de 2013

Cuento conjunto



Somos tantos los que educamos en casa en Madrid que es imposible coincidir todos en las actividades que organizamos así que Damián sugirió que hiciéramos un cuento conjunto. De este modo, habría una actividad en la que podrían participar todos los que quisieran sin tenernos que preocupar por las fechas y los horarios, pues cada uno escribiría en su casa y le mandaría el cuento por email al siguiente.

El resultado ha sido un cuento de 13 páginas, con 6 dibujos, escrito por 4 niñas y 8 niños de entre 3 y 17 años de edad, de los cuales 3 están escolarizados.

Os dejo aquí la primera parte, que es la que escribió Damián:


LOS COMPAÑEROS DE VIAJE



Un troll muy viejo y gruñón se paseaba por el bosque muy tranquilo y seguro. Cuando de pronto se encontró mirando hacia una planta que sostenía un castillo mágico.
Y luego escuchó sin rechistar a sus compañeros que le estaban buscando. Le estaban buscando porque ellos huían de los cazadores de trolls. Así que huyeron todos al castillo para esconderse, donde vivía un niño que tenía 120 perros.
Cuando el niño los vio, huyó de miedo a su habitación gigante donde se encontraban veinte tortugas y cuarenta conejos. Los perros atacaron a los trolls a mordiscos pero los trolls eran muy fuertes. Luego apareció el padre del niño muy enfadado. Le dijo: “¿Qué hacen todos esos perros atacando a esos trolls?”
Y el niño le dijo: “Han aparecido sin llamar”
Y su padre le contestó: “Ésa no es forma de tratar a la gente”
Y el niño gritó a su padre: “¡Coge a Puchi nuestro perro, que se va a lanzar por la ventana!”





martes, 21 de mayo de 2013

De Marc Vidal


Sigo blogs de temáticas diversas (MUY diversas, de hecho) pero parece que la educación y la crianza son temas que me persiguen, de algún modo, o que los atraigo y aparecen en sitios a veces inesperados.

Marc Vidal publicó ayer en su blog sus respuestas a cinco preguntas que otro bloguero había recopilado en Twitter para él. Vidal es emprendedor e inversor y es considerado una de las 10 personas más influyentes de internet en España.

Foto tomada de marcvidal.net

Una de las preguntas que le hicieron es ésta:

Alguien como tú Marc, que tiene una actitud envidiable, creativa, visionaria, que emprende proyectos con tanta pasión, ha debido adquirir en buena parte, esta forma de ser en sus orígenes; qué tipo de educación familiar o hábitos tuviste o te transmitieron en casa para ser como eres ahora?

Parte de su respuesta me gustó especialmente y decidí traerla aquí para compartirla con vosotros (y también, por qué no decirlo, para tenerla archivada y fácilmente accesible):

Cuando era pequeño, siempre intentaba hacer cosas diferentes, era muy curioso, quería probar. De la música saltaba a la pintura o bien intentaba escribir, también cambiaba de deporte favorito e incluso de equipo de fútbol. Como consecuencia era valorado como inconstante, carente de objetivos y caprichoso. Me costó muchos años entender que en lo que realidad hacía era buscar mi talento natural, y de hecho aún sigo haciéndolo, pero esta diversidad de inquietudes ha sido mi mejor aliada a lo largo de los años, me convirtió en todo y al mismo tiempo en nada, pero me dio una visión amplia. Viajé como no me lo podía pensar. He estado en un centenar de países, he conocido miles y miles de personas extraordinarias. He sufrido voluntariamente y he vivido al límite. Aún hoy sigo inquieto, mantengo la ilusión para probar y aprender y la firme idea de que mientras encuentras tu talento, el auténtico valor no está en lo que haces sino en cómo lo haces. Me enseñaron de pequeño que lo principal no era llegar, era ir.