viernes, 28 de junio de 2013

Madres solteras educando en casa





En septiembre de 2010 participé en el Carnaval de Blogs de Homeschooling en Español con un artículo sobre la monomaternalidad. El tema del carnaval era el papel del padre en las familias educadoras en casa, así que tenía dos opciones: no participar, o participar hablando del no-papel del padre. Me decidí por la segunda opción porque pensé que podría serle útil a algunas personas, pensé que era bueno que seamos más visibles, aunque seamos pocas.





En aquel momento conocía a muy pocas madres separadas que educaran en casa. Todas ellas contaban con la colaboración del padre, que les pagaba una pensión alimenticia mensual y se hacía cargo de los niños varios días al mes y la mitad de las vacaciones. Después conocí virtualmente a otras madres homeschoolers solteras, lo cual me dio una gran alegría. Estaba menos sola. Así que, en este artículo, cuando hable de "madres solteras" me estaré refiriendo a madres que no tienen absolutamente ningún tipo de apoyo por parte del padre ni por parte de una nueva pareja.









Nos preocupan las mismas cosas que a las demás pero con algunos añadidos o diferencias. Veamos algunos ejemplos. 


La gestión financiera.

Lógicamente, el principal tema de preocupación es el dinero; buscar y encontrar la forma de poder educar en casa personalmente sin tener que dejar de trabajar. No es fácil, pero tampoco imposible. Es un camino lento, pero cada vez nos sobra menos mes al final del sueldo. 

Sobre todo cuesta empezar, porque la sociedad dice que para ganar dinero hay que esforzarse mucho, hacer sacrificios, salir de casa 8 o 10 horas diarias, y así no se puede educar en casa. ¿Pero quién es la sociedad y por qué debería creer sus absurdas imposiciones? Muchas madres hemos encontrado soluciones variadas. Compartimos casa, aunque sea a temporadas, para reducir gastos. Trabajamos desde casa, a tiempo completo o no, exclusivamente o no. Vendemos todo lo que no necesitamos para conseguir un dinero extra. Aprendemos a vivir con menos y a gestionar mejor nuestro dinero. Conocí a una madre que se dedicaba a pasear perros con sus hijos. A 5 dólares la hora y a 4 perros por paseo, son 20 dólares la hora. Conocí a otra madre que cuidaba a los hijos de otras personas. Algunas contratan a una au pair para tener ayuda en casa. Muchas se han mudado para vivir en casas y municipios más baratos o para estar cerca de su familia extendida. ¡Qué haríamos sin las abuelas!


La gestión del tiempo.

Una madre primeriza dijo una vez: "es terrible, hay días que no puedo ni ducharme". Se atrevió a decirlo en mi presencia. Y yo sabía que su marido sólo trabajaba por las mañanas, así que por la tarde están los dos en casa y sólo tienen un bebé. ¿¿Y no puede ducharse?? Comprenderéis que después de la ofensa inicial me diera la risa. Todavía me río cuando lo recuerdo, y han pasado varios años.

Las madres solteras que educamos en casa y trabajamos tenemos que ser exquisitamente pulcras con la gestión del tiempo, sobre todo las que viven solas con sus hijos. Yo fui una de ellas durante algunos años, pero ahora no vivimos solos así que esta cuestión es infinitamente más llevadera.

Hay soluciones para todos los gustos y ninguna es perfecta. Yo durante un año me estuve levantando a las 5 de la madrugada para dejar todo el trabajo listo antes de las 9.30 y así poderme dedicar en exclusiva a mi hijo desde que se levantara. Fue un gran esfuerzo porque a mi no me gusta madrugar y porque mi horario más productivo es por la tarde, pero lo hice y sobreviví. Ese año tomé la decisión de comenzar a construir un flujo de ingresos pasivos para poder dedicar cada vez menos horas diarias al trabajo. Leí a Tim Ferris, a Steve Pavlina, a Napoleon Hill y a Robert Kiyosaki, entre otros, y empecé a cambiar mi mentalidad.

De todos modos, no quisiera que nadie leyendo esto se llevara una impresión equivocada sobre el concepto de pulcritud en la gestión del tiempo. Una se acuesta muchas noches con la sensación de haber desatendido el trabajo, haber desatendido al niño y haber desatendido la casa. De relaciones sociales y vida personal ni hablamos siquiera. También he ido cambiando esto poco a poco y procuro dedicarme algo de tiempo todos los días o, al menos, varios días a la semana. A qué dediques el tiempo es lo de menos, siempre que te sirva para desconectar y hacer cosas que te gusten. Yo suelo quedar a comer con alguien todos los meses, me gusta ir a las conferencias del Instituto Juan de Mariana de vez en cuando y un día  a la semana solemos ir a casa de otra familia homeschooler así que, mientras los niños juegan, las madres charlamos o a veces aprovechamos para trabajar cada una en lo suyo. 


La educación académica.

Reconozco que haber optado por el unschooling facilita mucho las cosas. En realidad no sé si hemos optado por el unschooling o si el unschooling ha llegado a nosotros porque era la única forma de seguir con éxito en esta aventura de la educación en casa. Esta modalidad educativa nos permite un altísimo grado de flexibilidad en nuestros horarios y programaciones. Qué digo, programaciones... aquí la mayor parte del tiempo improvisamos y, para decirlo más finamente, fluimos con la vida. No tenemos la presión de tener que cumplir objetivos curriculares ni horarios, así que todo es más fácil. Sé que algunas madres solteras hacen una educación en casa más convencional, con su currículum y su programación anual, semestral y diaria. Muchas compran un currículum completo para todo el curso (y a poder ser, de segunda mano) y así se ahorran el trabajo de tener que buscar material y organizarse semana a semana. Mi opinión es que si eres capaz de liberarte de las ataduras mentales de la programación escolarizada y hacer unschooling radical, la vida se simplifica muchísimo y la disfrutas más. Pero es una opción personal y no significa que fuera a funcionar con todo el mundo.


La educación emocional y social.

La ausencia de padre incide directamente en la educación emocional y en la socialización del niño, queramos o no. Lo único que está en nuestra mano es cómo reaccionemos ante ello y cómo manejemos la situación para darle al niño la mayor estabilidad posible. Conozco a una mujer que dejó de asistir a la iglesia el día del padre porque para sus hijos era demasiado duro ver a todos los demás niños con sus padres y escuchar el sermón sobre las bondades de la paternidad. Pero ¿ojos que no ven, corazón que no siente? Dudo que sea una buena táctica, pero ella no supo encontrar otra forma. Otra mujer, en cambio, decidió que el día del padre su familia iba a felicitar al pastor de su iglesia, porque es el padre espiritual de todos ellos. Me parece una opción mucho más positiva. Igual que las muchas madres que deciden que el día del padre es el día de ellas, porque ejercen de padre y de madre a la vez ¡y hay que tener coraje para eso!

Cuando vivíamos en Menorca casi todos nuestros mejores amigos eran familias monoparentales, pero en Madrid es todo lo contrario: mamá, papá y un hijo o dos, sólo les faltan los perros. Entre semana solemos quedar las madres (porque los padres están fuera de casa ganando el pan) pero los fines de semana nos vemos todos. Un día mi hijo me dijo que no hacía falta que fuéramos a esos encuentros y pensé que tendría algún problema relacionado con los padres. Resultó que su preocupación no era por él sino por mi, porque pensó que tal vez yo me sentía mal porque era la única que estaba sola. Así que le expliqué que estar sola fue mi decisión y que la asumo con todas las consecuencias, las buenas y las malas, que estoy bien como estoy y que no debe preocuparse por eso, que lo mejor que puede hacer es aprovechar esos encuentros para relacionarse con hombres adultos. Hablar abiertamente fue bueno para los dos y evitó un malentendido que tenía muchos números para suceder, pues cada uno se había preocupado por el otro innecesariamente. Eso es parte de la educación emocional y es parte del aprendizaje de la socialización.


En lo bueno y en lo malo.

Criar a un niño sola y, encima, no escolarizarlo, es una carga de trabajo muy importante. Hay madres que tienen más de un hijo y lo consiguen, claro que tienen la ventaja relativa de que los hermanos se entretienen juntos y cuidan unos de otros, pero por contra también pelean y hay que hacerlo todo por duplicado o triplicado (cocinar, lavar la ropa, atenderles individualmente, etc). Hay que suplir la ausencia del padre, hay que hacer malabarismos con la casa, el trabajo y la crianza y es fácil que nos quedemos fuera de la ecuación. Pero la mayoría de las que conozco lo tienen muy claro y han llegado hasta aquí porque en su día cometieron el error de ponerse en el último lugar de la lista de tareas por hacer. La regla de oro para tener éxito en esta empresa es ponerse en el primer lugar de esa lista.



A veces cuesta pero, al final, todas llegamos a estas conclusiones:



1) No somos ni debemos pretender ser super-mujeres.

2) Debemos descansar. Dormir menos de 8 horas al día es una imprudencia que pagarás a medio o largo plazo. El riesgo no merece la pena.

3) La casa es secundaria. No somos Martha Stewart ni queremos serlo. Nuestros hijos y nosotras somos lo primero, así que un poco de polvo aquí y allá o un par de coladas pendientes no son un problema ni un fracaso.

4) No vamos a escuchar a quienes nos digan que no podemos y que todo sería más fácil si lleváramos a los niños al colegio, porque cada día que pasa demostramos que sí podemos, incluso esos días en que nos acostamos rendidas y con la sensación de haberlo hecho todo a medias.

5) Somos creativas y encontramos formas de ganar dinero que nunca se nos habrían ocurrido si hubiéramos continuado con la ilusoria seguridad de tener un trabajo fijo por cuenta ajena, un matrimonio estable y un colegio donde aparcar a los niños.

6) Debemos dedicarnos tiempo a nosotras mismas. Dejar a los niños todo el día (o toda la noche) en casa de algún familiar o amigo y dedicarte tiempo a ti misma no es ser una mala madre sino todo lo contrario. Te permite sentirte mejor contigo misma y poder darles lo mejor de ti a tus hijos. Tomarte una tarde "libre" para irte al cine, sola o acompañada, irte a comer con alguien o a hacerte la manicura. Lo que sea que te haga sentir bien y que sea para ti. No es un capricho, es una inversión.

7) Sabemos ver el lado positivo de nuestra situación: nosotras tomamos las decisiones según nuestra propia consciencia sin tener que discutirlo con nadie más, sin tener que dedicar horas a intentar convencer a otra persona, sin que las decisiones importantes supongan un riesgo de pelea. No quiere decir que nuestras decisiones sean siempre correctas, pero sí son más fáciles de tomar porque no dependen de nadie más. Tampoco tenemos a una persona que pueda desautorizarnos delante de los niños. Siendo sólo dos es mucho más fácil conectar y también organizarse e improvisar. Un ejemplo: el viaje a América habría sido muy distinto con más hijos o con un marido. Ésa fue una ventaja. Resultó más barato y pudimos acomodarnos fácilmente en las casas de las familias que nos ofrecieron alojamiento.




La moraleja.

Es muy simple y sirve para todas: solteras, casadas o divorciadas, homeschoolers o escolarizadoras,  con un hijo o con varios, incluso para mujeres sin hijos. 

El éxito en la vida depende de tu capacidad para encontrar lo positivo en cualquiera que sea tu situación personal y familiar,  de ser incapaz de ver la hierba más verde en el jardín del vecino, de buscar tus desventajas y convertirlas en ventajas, de saber que querer es poder y que sólo creciendo tú como persona puedes aportar valor a la vida de tus hijos.





3 comentarios:

  1. En mi casa vivimos mi marido, mis dos hijos y yo. Es lo que he elegido. La frase "mamá, papá y un hijo o dos, sólo les faltan los perros" me resulta ofensiva. No tengo perro porque no quiero y no porque me falte. Yo respeto muchísimo tu decisión y admiro que tengas el coraje de luchar por tu felicidad, pero pido también el mismo respeto por lo que yo he elegido porque para mí es mi felicidad.

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    1. Hola María, te había dejado un largo comentario que no sé por qué no se ha publicado, así que te dejo ahora la versión corta.

      En ningún momento fue mi intención faltar al respeto ni ofender a nadie; simplemente se trata de una licencia literaria en la que utilizo el tópico del sueño americano para ilustrar la diferencia entre el ambiente que teníamos en un lugar y el que tenemos ahora en otro.

      Saludos,

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  2. Yo soy madre soltera, no tengo apoyo del padre ni tampoco de familia extendida, todos viven en otro país. Siento un deseo por compartir las formas en las que yo he encontrado soluciones porque pienso que pueden servirles a otros, pero no me sentiría ofendida porque una mujer se siente desbordada aún cuando tiene esposo o sirvienta o familia cercana. Creo que sería mejor tratar de ayudarla a que se sintiera mejor, porque ofendernos o reírnos hace que se distancie de nosotros, y, aunque no lo recordemos, tener un recién nacido es muy cansado y uno se siente un poco perdido, o así me sentía yo.

    Tienes razón en lo de que el unscholing tal vez no es la opción para todos pero yo también encuentro mucha libertad en ello, aunque a la vez trato de seguir un currículo de manera lateral para tener la certificaciones de ley. Es hermoso fluir con sus propios intereses y a mi me apasiona muchísimo crear materiales y planear clases.

    En cuanto al tema de la figura paterna yo he encontrado varias soluciones variantes, pero en general me parece que hay que hablar mucho con los hijos para saber cómo se sienten y que les está pasando y mostrarles que es muy normal que haya diferentes tipos de familias.

    Yo creo que hay que tener claro que ser mamá soltera, es decir jefa de familia, no es una situación sólo desventajosa sino que también tiene ventajas sobre otros esquemas familiares, reconocerlos y disfrutarlos puede ser tambíen la clave; tener un compañero ayuda y acompaña, pero también da trabajo y hay que compartir y ceder en las desiciones sobre la educación del hijo y a veces no podrán ser las cosas como las piensa la madre.

    Yo encuentro que para mí es más fácil no mandar a mi hijo a la escuela, es casi un sacrilegio decirlo, y no lo mando principalmente porque veo claro que es lo mejor para él, incluídas sus oportunidades académicas posteriores, pero yo trabajo mejor, estoy mejor, me hace feliz, y pareciera que no se puede ni decir que también a algunas, simplemente nos conviene esta opción.

    Gracias por compartir tus reflexiones.

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