lunes, 8 de enero de 2018

¡Socorro, mi hijo quiere ser gamer!



Se habla mucho de seguir los intereses de los niños, de acompañarles y de ayudarles a descubrir sus talentos y sus pasiones. Pero, a la hora de la verdad, los adultos solemos juzgar e incluso manipular para intentar llevarnos a los niños a nuestro terreno.

Si al niño le gusta la programación, ¡excelente! le buscamos un curso donde pueda aprender.

Si a la niña le gusta leer, ¡excelente! carnet de biblioteca y qué lista es mi niña.

Pero si a la niña le gusta jugar con las Barbies (quizás porque le interesa la moda y no encuentra otra forma de expresarlo), entonces mal, porque cosifica a la mujer y reproduce patrones heteropatriarcales. ¡Qué superficial!

Y si al niño le gustan los videojuegos, también mal, porque es una actividad pasiva, antisocial y violenta que te derrite las neuronas.


Nosotros hemos decidido apoyar los intereses y las pasiones de nuestros hijos sean éstos cuáles sean. En el caso de Damián, que ahora tiene casi 13 años, se vio muy pronto que su interés por los videojuegos no era sólo una afición. Hemos buscado información, hemos descubierto el fascinante mundo de los esports (videojuegos profesionales) y hemos tenido la inmensa ¿suerte? de conocer a Alesander Robleño, ex jugador y fundador de Omnis Club, empresa dedicada a los esports.

En nuestro último viaje al País Vasco visitamos las instalaciones de Omnis y Alesander nos dio toda una masterclass sobre los esports.

Además, nos quedamos encerrados y nos echamos unas buenas risas. ¡No te pierdas el vlog!





2 comentarios:

  1. Pues sí, un tema muy interesante. Siempre queda bien si tu hijo quiere ser médico o abogado.... jejeje, pero según qué otras cosas cuestan....
    Hace unos años escribí también un post con más o menos el mismo tema, aunque yo sí que lo "redireccioné".... No lo pude evitar.... simplemente moralmente para mi lo tenía que evitar. http://orca-alce.blogspot.com.es/2010/11/respetando-los-intereses.html
    Igual que mi hijo menor que iba por la misma línea pero que ha acabado en bombero y además él mismo lo dice que es porque así ayuda a la gente. Y me doy cuenta de la importancia de nuestra influencia como padres. Los niños son como son, hay cosas inevitables y no podemos cambiar a nuestros hijos. Hay que dejarles ser lo que quieren ser, pero hay influencias educativas muy fuertes quiero creer. Hasta cierto punto creo que mis hijos en un ambiente más "militar", quizás con algún pariente policía, o militar o aquel ambiente donde gusta la caza o el tiro..... pues quizás con la mismísima genética se hubieran tirado más por la parte militar que en el fondo como ocupación en sí quizás cambia poco, pero como fondo humano cambia la vida y más.
    Y quizás con el tema gamer pasa lo mismo. Porque puedes guiar a tu hijo a ser un gamer responsable, profesional, que quizás inventará a saber qué juego super chulo.... o puedes llevar a tu hijo a que sea un adicto al juego.... Además supongo que hay juegos y juegos......No sé si me explico.... Quizás la educación no puede hacer nada a según qué intereses y qué genética y nos toca respetar y dejar ser, pero a veces en pequeños matices de lo mismo puede haber un cambio abismal.

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  2. Claro, es que cuando yo hablo de respetar los intereses y ayudarles a desarrollarlos no me refiero a que no vayamos a influir. La crianza ES influencia. Lo que propongo es hacerlo sin partir del juicio o, más bien, del prejuicio. Sobre todo porque muchas veces lo que parece interesarles es sólo un medio para explorar un interés más profundo. Éste sería el caso del ejemplo que pongo de las barbies (que además es un ejemplo real, no me lo he inventado). O en el caso de los niños interesados en las guerras, como el tuyo, que he conocido unos cuantos y no han querido ser militares pero si les ha interesado mucho la estrategia o la geopolítica, por ejemplo. Un tema distinto y más delicado es el de las profesiones que finalmente eligen. ¿Me gustaría que mi hijo fuera militar? Pues preferiría que no lo fuera, sobre todo si eso implicara ponerse en riesgo, pero tampoco se lo impediría ni le haría sentir que su elección es incorrecta ni me sentiría fracasada por ello.

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