Decidí retomar el Carnaval de Blogs de homeschooling en español y ¡¡uupss!! yo misma no he participado...
El plazo para mandar las colaboraciones era hasta el 22 de septiembre pero, dado que aún no lo he publicado, podéis seguir enviándolas a info@lauramascaro.com. También vi que algunos blogs habían tratado el tema pero no mandaron los enlaces. Como no recuerdo cuáles eran (y no los guardé, mea culpa) si los tenéis localizados los podéis mandar al email o dejarlo en los comentarios, para que lo agregue.
Madalen en su blog se preguntaba si ésta será la XXV edición del Carnaval o si será la I Edición de un nuevo Carnaval. Bien, aclaro que será la I edición y que habrá una novedad con respecto del anterior. Una de las dificultades del primer carnaval fue el de pasar y recoger el testigo para alojar cada nueva edición. Antes, cuando un blog había alojado una edición, elegía a otro para que lanzara el siguiente tema. Esto a veces suponía un problema de organización, así que prefiero alojarlo siempre aquí, proponiendo un nuevo tema cada mes. No obstante, si alguien quiere alojarlo en su blog o quiere sugerir un tema, no tiene más que decirlo.
Sin más preámbulo (que ya fue suficiente) aquí va mi propia aportación:
La no vuelta al cole. ¿Cómo afrontamos la llegada del mes de septiembre en una sociedad altamente escolarizada en la que prácticamente todo gira en torno al inicio de un nuevo curso?
Nuestra vida ha cambiado mucho en el último año que, además, ha sido el primero de estar en edad de escolarización obligatoria. Hemos pasado, por tanto, de poder salir a la calle tranquilamente y poder responder que "la escolarización a esta edad no es obligatoria" a andar con cuidado y tener que pensar bien las explicaciones que damos o que no damos.
Pero también ha cambiado el entorno en el que vivimos. Hemos pasado de un lugar pequeño, en Menorca, en el que todos se conocen y todos saben qué haces y qué no haces, a un lugar grande, Madrid, donde apenas conoces a tus vecinos, donde a nadie le importa lo que hagas con tu vida mientras no les afecte a ellos, y donde puedes pasar por turista.
Aquí tenemos una gran ventaja, y es que hemos encontrado a nuestra nueva tribu. Muchas familias que también educan en casa, con niños de la edad de Damián, que han congeniado, con los que quedamos muy a menudo y con los que nos damos apoyo moral mutuamente. [Vosotros sabéis quiénes sois, así que desde aquí, mi más sincero agradecimiento].
En nuestra rutina no hay diferencias. Al no seguir un curriculum predeterminado ni usar metodologías escolares (con sus materiales y sus horarios) nuestra vida es prácticamente igual el 30 de agosto que el 15 de septiembre. Cambia el clima y cambia el entorno, pero nosotros no. Tenemos absolutamente la misma libertad.
Debo reconocer que las pocas veces que he tenido que dar explicaciones, la gente se ha mostrado comprensiva e, incluso, interesada por esta "extraña" opción educativa. A pesar de eso, a veces me siento como pez fuera del agua cuando veo que todo, absolutamente todo, gira en torno al inicio del curso escolar en esta época del año. Veo el abrupto cambio de ritmo de las familias, el bombardeo con anuncios de academias y extraescolares varias, los artículos escritos por psicólogos sobre cómo afrontar la vuelta al cole, los corticoles del Corte Inglés, la inmoral depresión post-vacacional de los padres que son tan afortunados de tener un trabajo al que reincorporarse, las conversaciones monotemáticas de los adultos con los hijos ajenos, los eternos debates sobre el uso de libros de texto, sobre el gasto monstruoso que supone la vuelta al cole, uniformes, materiales, comedores o tupperware... Me alegro de no ser parte de eso, que para mi es la vida en la caverna.