viernes, 29 de septiembre de 2017

Unschooling. Un día cualquiera


No importa cuánto escriba/hable sobre homeschooling/unschooling. Al final lo que la gente quiere saber es cómo es un día cualquiera en nuestra vida. 

Lo cierto es que para nosotros no suele haber dos días iguales pero procuramos compartir nuestro día a día aquí en el blog y también en los vlogs porque entendemos que a mucha gente le cueste imaginar cómo es la vida sin escuela.

Aquí tenéis un resumen de un día cualquiera (concretamente, hoy):

Papá madruga y se va a Madrid, a una formación del grupo de emprendedores al que pertenece.

Damián se levanta sobre las 8:30, va a comprar el pan y desayuna.

Mamá y Víctor duermen hasta las 9:30. No es lo habitual, pero a veces necesitamos descansar. Víctor "todavía" toma leche materna y eso es agotador. Como ha mamado mucho en la cama, no quiere desayunar. Damián se ocupa de él para que mamá pueda desayunar tranquila. Juegan con los coches, se hacen cosquillas y se ríen un montón. Mamá aprovecha ese ratito para contestar un par de emails y ver un vídeo en Youtube.

Damián decide llevarse a Víctor a su habitación así que mamá empieza a recoger la cocina (que se quedó sin recoger ayer por la noche, es lo que hay).

A las 11:30 Víctor baja, toma un poco de teta y grita: "¡¡CONTAR!!" Eso significa que quiere que mamá le cuente cosas. Así que mamá le cuenta cosas como que Víctor es un niño que tiene "¿cuántos años?" - "Dos", dice Víctor enseñando dos dedos juntos y tres separados. Le cuenta que tiene un papá. "¿Cómo se llama tu papá?" - ¡Aitá!, grita Víctor emocionado.

[Nota del Autor: "Aitá" significa "papá" en euskera, el idioma propio del País Vasco. Sobre el trilingüismo hicimos este podcast.]

Tras un rato largo de contar historias de la vida de Víctor, el niño decide que quiere pintar. Las témperas  y el papel están listos en el suelo del salón así que no hay que preparar nada más que un vasito con agua. Mientras, mamá contesta otro par de emails y revisa su agenda. Una tiene que aprender a trabajar a ratitos para sobrevivir.

En su habitación, Damián lee "Los escarabajos vuelan al atardecer" de la genial escritora María Gripe, juega a videojuegos varios y nos envía un email con algunas camisetas que le gustan. Hoy es su santo, así que alguna le regalaremos.

Mientras mamá empieza a preparar la comida (pasta sin gluten con boloñesa de lentejas), Víctor come aceitunas y zanahoria, tira el bicarbonato al suelo para poder barrer (porque barrer es una de sus grandes aficiones) y después ayuda a remover el sofrito.

Llega papá y avisa a Damián para que le ayude a sacar las bolsas de la compra del coche. Colocan las cosas, papá termina de hacer la comida y mamá termina de fregar los platos (no, antes no había terminado. ¿No hemos quedado en que hay que aprender a trabajar a ratitos? Pues también vale para la casa. Vale para todo).

La abuela llama para felicitar a Damián y Víctor quiere acaparar la atención.

Comemos.

-A mi amigo A no le gusta la historia. Le encantan las matemáticas pero no le gusta la historia.
-Será que no se la han contado bien.
-Dice que no sirve para nada.

Y aquí tenemos una interesante conversación sobre la utilidad de conocer la historia para comprender los sucesos actuales y la configuración de la sociedad.

-Dile que si puede faltar a clase se venga un día al Club de Historia.

Damián recoge la ropa limpia del tendedero y vuelve a su habitación, Víctor vuelve a sus juguetes y papá y mamá se relajan en el sofá viendo vídeos en Youtube.

Víctor se duerme.

Papá recoge la cocina y atiende algunas llamadas.

A las 4, Damián baja para estudiar un rato con mamá.

-¿Has decidido de qué vas a hablar en el Grupo de Proyectos?
-Sí, voy a contar lo del coreano
-¿Quieres contarlo en un vlog?
-No, quiero que sea sorpresa

Hacemos un dictado (eso os lo cuento otro día, si os interesa) de un cuento de Nasrudín y conversamos sobre la moraleja de la historia.

Practicamos un poco de cálculo mental, revisamos la redacción de la semana pasada y seguimos preparando el examen de inglés.

A las 5 mamá tiene que hacer una asesoría por teléfono así que Damián continúa solo un ratito más y después se pone a jugar.

Víctor se ha despertado y se va al parque con papá.

Después de la asesoría, mamá trabaja un par de horas.

A las 8 papá vuelve agotado y se pone a preparar la cena. 

Mamá termina de escribir el post y baja a ayudar.

A ver qué nos depara la velada.






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