martes, 23 de abril de 2013

Oz, el grande y poderoso


El cine, como los libros, mejor si es en versión original. Pero a veces no se puede y, además, Damián de momento no sabe inglés, así que nos toca ir a las sesiones dobladas. Luego pasan cosas como éstas: una película como la nueva de Oz, cuyo título le viene como anillo al dedo: "Oz, el grande y poderoso", se convierte en "Oz, un mundo de fantasía". Y sí, por supuesto que es un mundo de fantasía, pero aquí de lo que va la historia es del Mago de Oz, no del mundo o país de Oz, sino del personaje, del grande y poderoso farsante que casi se convierte en Rey.

Si hacer una secuela es arriesgado, atreverse con una precuela de un clásico como éste lo es mucho más, porque éste es un clásico triple: es clásica la novela, es clásico el musical y es clásica la película de Fleming de 1939. En cualquier caso, el resultado no es malo porque no estropea la historia original sino que la complementa bastante bien y la película resulta entretenida. Además, da pie a hablar de algunas cuestiones interesantes con los niños, cuestiones relacionadas con la ética y la moral, con la [a veces] delgada línea que separa lo que está bien de lo que está mal y con la nada simple sentencia de que el fin justifica los medios.



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